Monday, March 5, 2012

Seamos como Cristo Filipenses 1:5

Seamos como Cristo.

Algunas veces cuando nos miramos internamente con sinceridad y honestidad no damos cuenta que realmente no cumplimos con el tipo de amor que nuestro Señor requiere o demanda de nosotros como sus hijos. En muchas oportunidades decimos que amamos a nuestro Señor y cuando alguna persona que conocemos y en alguna oportunidad pasada hemos tenido algunas desavenencias nos alegramos por el sufrimiento que esa persona o esa familia está viviendo.

Es necesario que nos hagamos unas preguntas tan sencillas, pero desde mi humilde punto de vista tiene mucha profundidad espiritual. Estamos reflejando similitud en ser y actuar como Cristo? Es posible lucir como Cristo en este mundo tan oscuro? Entiéndase que estamos en ese proceso de formación de ser y actuar como Cristo que algún será coronado en nuestras vidas.  Estando persuadido de esto, que él comenzó la buena  obra, la perfeccionara hasta el dia de Jesucristo.” Filipenses 1:6.

Lo primero es lo primero: Su Corazón, nuestro corazón. Como sus discípulos nuestra meta es lucir como El en todo lo que desarrollemos en nuestras vidas. Nuestra confidencia debe estar depositada en Él para así poder desarrollar su Corazón en nuestras vidas. Creo que es necesario definir el concepto de corazón según la Biblia. Con respecto al concepto es el centro no solamente de nuestra actividad espiritual, pero también todas las actividades de nuestra vida. El corazón es el hogar de nuestra vida personal.  (Deute. 6:5; 26:16;  Mateo. 22:37; Marcos 12:30, 33). Es imperativo que si somos sus hijos debemos desarrollar Su corazón en nuestro corazón.

Segundo. Vivir sobre el gobierno del amor de Dios. Muchas veces en la entrada de nuestras casas o apartamentos ponemos una alfombra que dice “bienvenidos nuestros amigos”  Pero la pregunta que debemos hacernos que pasa con nuestros enemigos. La Biblia nos habla que debemos amar a nuestros enemigos. Por otra parte, el mismo Señor Jesucristo nos dice que debemos amarnos los unos a los otros y de esa manera el mundo vera que somos sus discípulos. Para mi es importante decir cuando decimos que somos hijos de Dios no perdemos nuestra identidad, ni nuestra personalidad, pero sí pero el derecho de escoger o elegir a quien amamos a o quién no. No importa cuál sea el color de nuestra piel, o el lenguaje que hablemos, sobre el punto de quien amamos o quien no, el derecho se lo hemos transferido a nuestro Señor Jesucristo.

Tercero el triangulo de oro. Si decimos que nuestra ciudadanía está en los cielos como Sus discípulos, nuestra vida debe ser llena de Él. Este punto tiene que ver con nuestra transformación espiritual. El hermano Santiago nos dice que debemos estar gozosos si nos encontramos en diversas pruebas  Eso implica que debemos abrirle nuestras vidas  a la plenitud del Espíritu Santo para que tome control absoluto de nuestras vidas. Yo he escuchado que Dios es el co-piloto de mi vida. Personalmente no estoy de acuerdo con este pensamiento por nunca el co-piloto tiene autoridad, ni mucho menos control sobre la aeronave que esos momentos esta piloteando. Dios quiere ser el piloto de nuestras vidas y la presencia y plenitud del Espíritu Santo en nosotros no hace entender y vivir con el poder de Dios dentro de nosotros. Es muy importante recalcar, la presencia de Dios se manifiesta en nosotros de dos maneras, por los Dones que son repartidos a cada uno que recibe a su Jesús como salvador personal, y tiene la autoridad de repartirlos con él quiere, y no es a nosotros esa potestad (I Co. 12:11), y la otra manera es con el fruto del Espíritu Santo, el cual nos da una señal segura que nuestro carácter es transformado o está siendo transformado.

Es muy importante señalar que el vivir en la plenitud del Espíritu Santo nos va a impulsar a desarrollar disciplinadas como son: El estudio profundo de Su Palabra, por amor le servimos a El, tendremos vida de oración, y será un placer vivir siempre adorando a Su Majestad, y definitivamente seremos con Cristo.

Es para mí un placer dejarte este corito que aprendí hace años cuando empezaba mi vida cristiana.

Mi deseo es Ser como Cristo,

Mi deseo es ser como El es

Su Espiritu me guía

Su amor me inspira

Ser como Cristo mi deseo es.

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